jueves, 24 de julio de 2014

LA LUNA TAMBIÉN ES PEREGRINA

24 de Julio 2014

Como es bien sabido, la luna hace un peregrinaje al rededor de tierra. Le gusta esconderse en su sombra, lo que nos regala el increíble regalo de verla crecer y mermar. Desaparecer o ser plena. También sabemos que es magnética. Atrae y repele a las aguas, avivando las mareas. Adereza el amor. Inspira a los poetas y aconseja a las novelistas.

Desde hace muchos siglos la luna es uno de los símbolos universales de la feminidad. Y todas sabemos que somos bastante lunáticas. Menguamos cada 28 días y aullamos el día 14. Las tradiciones indígenas con su eco de oralidad nos cuentan, a través de los chamanes, sobre la luna roja.

La sabiduría de la luna roja explica cómo la mujer que descubre su poder espiritual alinea su ciclo hormonal al ciclo de cambios de la luna. Por lo tanto las fases de la luna comienzan a despertar fases de poder espiritual en la mujer. Cada una de ellas contiene dones y debilidades. Tendencias emocionales y corporales.

En “Asunto: La luna a cucharadas” de Beatriz Graf, Julia-Peregrina y la luna-peregrina entremezclan sus energías haciendo ver este mágico vínculo. Son cuatro personajes en uno, así como son cuatro fases lunares y un solo astro.

Pregunta Patricio: “Peregrina ¿con quién he estado compartiendo estos meses? ¿Qué tantas facetas tienes?”

LUNA NUEVA:

“Asunto: ¿Qué veo? (reflexiona Peregrina)

Mi expresión crédula, sincera, a veces de una ¿fragilidad o fuerza? que aspira a ser reconocida por mí misma. Me pregunto ¿quién soy?, ¿qué hago aquí?

Sin embargo, hago las preguntas en silencio, si consulto en voz alta alguien me reclama: “la vida es más sencilla, sé normal”. ¿Normal? ¿Qué es eso? Observar, callar, comprende, callar, sentir, callar ¿es anormal? Nunca es malo sentarse en el balcón del mundo y considerarlo”.


La luna nueva y la crisálida de bruja que puede comenzar con la menstruación o un poco antes. Y terminará con el sangrado o un poco después. Es una fase de introspección. En la cual las barreras entre el conciente y el subconsciente están bajas, lo que te permite un mayor acceso a la memoria corporal y al ser interior. Es una etapa de quietud. Las necesidades de aislamiento, silencio, y ensoñación son muy evidentes. Dan una sensación de estar más presente en el mundo interior, aun que estés ocupada en tareas cotidianas. Pero mientras éstas ocurren tú en realidad flotas en tus reflexiones.

LUNA CRECIENTE:

Coquetea Peregrina:

“Trae el jerez que tanto nos gusta, yo pongo las velas porque ayer vi cómo la luna se enredaba en el fresno, tapándose por ratos con una nube blanca sin pena alguna. Con suerte vuelven a jugar igual.”

La luna creciente y el despertar de la virgen. Es una fase de regeneración. Un periodo energético lleno de entusiasmo y alegría de vivir. Es la fase con mayor dinamismo mental y capacidad de análisis. La interacción con el mundo cobra importancia. El ritmo lento de la bruja, deja la sensación de descanso y con ello mayor claridad. La expresión del afecto es fresca y coqueta, la sexualidad divertida y llena de ganas de innovar. Estás llena de sensualidad.

LUNA LLENA:

Peregrina relata un encuentro:

“A horcajadas quedamos inseparables dentro del agua que nos va lavando, que nos acaricia, que nos invita a besar. Lentas las lenguas trepan una encima de la otra, ligeras, libres de ataduras. Pasan los minutos, no tenemos prisa. Para mí lo único que existe es reconocer lo que estoy haciendo y con quién lo estoy haciendo. Tomas mi mano y la llevas debajo del agua, tú guías los movimientos, me enseñas el camino. Lo descubro, lo confieso, lo canto, lo grito, cierro los ojos y tú ordenas: ¡veme! Y viendo el color de tus ojos logro un orgasmo armónico y total. Me abrazo a tu cuello mientras, poco a poco, regreso de allá, de donde nos hemos ido”.

La luna llena y la entrega. Es el periodo de entrega y contacto con la madre naturaleza. Dinámica pero equilibrada. Puede traer consigo un sentimiento de plenitud, integración, e integridad. Se desarrolla alrededor de la ovulación. Estás llena seguridad y autoestima. La fuerza se concentra en solidez, y tu mirada está dirigida a los demás. La sexualidad es activa e íntima. Se relaciona con ser generosa y complacer.

LUNA MENGUANTE:

Aclara Peregrina:

“Fue mejor que no me bañara, así conservo las sensaciones y hago posible tu presencia en mi cuerpo. Supiste descubrir mis cuerdas, las tocaste con suavidad, con manos y cuerpo y boca de hombre con deseo de consentir. ¿Me porte egoísta? Poco hice para complacerte. En mi defensa puedo decir que fue apenas el primer conocimiento, la primera exploración, necesitaba saber si mi cuerpo se abría a tu lado. Fui una acaparadora, lo acepto, fui una mujer ansiosa de conocerse acariciada por tu tacto. Y sin temor, sin prejuicios, sin duda, mi cuerpo dijo sí”.

Menguante hechicera enigmática. Es una etapa dramática, dinámica pero en disminución. Es la etapa en la que la energía física irá menguando. Y tu atención comienza a dirigirse al interior. Es una etapa algo destructiva, ya que el cuerpo comienza su etapa de sueño, pero la mente se encuentra sumamente activa. Tienes necesidad de aprender cosas nuevas, sobre todo guiadas a la vida espiritual y hay un aumento en la sensibilidad extrasensorial y una visión mágica de los acontecimientos. La sexualidad es muy activa pero más madura y misteriosa. Es sensual y segura de sí misma. Provocativa y atemorizante, exigente, toda una vampiresa, con el único objetivo de satisfacer los propios deseos. Muy erótica, audaz y algo irresponsable.

En la novela Asunto: La luna a cucharadas, descubrimos a una personaje que no sólo se transforma al amar, además es perfectamente conciente de ese cambio, lo disfruta y se responsabiliza de él. Es un excelente ejemplo de la luna roja. Del despertar pleno a la conciencia de ser mujer y el disfrute de la dignidad inherente a ello. Peregrina es la luna a cucharadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario