miércoles, 11 de junio de 2014

ENTRE EL ARTE Y LO SAGRADO

11 de Junio 2014

Hace unas semanas Bill Viola dio a conocer su intervención en la Catedral de San Pablo de Londres, pero no es la primera vez que un artista vincula sus intereses estéticos con motivos religiosos. 


A propósito de este acontecimiento, realizamos una selección de 5 momentos trascendentes de los años recientes (ordenados cronológicamente) en los que el arte se ha proyectado en recintos sagrados.

1. Miquel Barceló, intervención en la catedral de Mallorca

En el Evangelio según San Juan, Jesús multiplica los peces y los panes, un milagro parecido a la conversión del agua en vino que realizaría también en las bodas de Caná. Estos momentos son reunidos en una intervención que Miquel Barceló produjo en la capilla de San Pedro de la Catedral de Mallorca, en 2007.

Una segunda piel monumental de cera policromada cubre los muros de la capilla. El retablo está construido con base en tres frescos: la efigie de los peces de lado izquierdo; la tierra y el pan de lado derecho. Al centro, sobre unos cráneos, se vislumbra la silueta de un Cristo de medidas idénticas a la fisonomía del artista. Se trata de un sorprendente lienzo de arcilla de más de 1, 500 kilos que propone un diálogo entre lo sagrado, lo iconográfico y el simbólico. Una obra que trasciende la religiosidad para crear una dimensión sensible dentro del arte.


2. Gerhard Richter, vitral de la Catedral de Colonia

Conformado por más de 11 mil piezas de cristal en 72 tonalidades, el vitral de la Catedral de Colonia, Alemania, sugiere la vista de una imagen digital maximizada, pixelada. En 2007 Richter dio a conocer la intervención de este vitral de 19 metros de altura, donde retomó colores de otros cristales de la catedral. Un trabajo realizado a través de un ordenador para configurar los fragmentos de vidrio.

Es una obra abstracta, sin concesiones, sin un mensaje definitivo más que la indagación de los diversos estadios emocionales que pueden interpretarse a partir de los cambios de color. Para el crítico Werner Spies “es una metáfora del mundo contemporáneo de pixeles y datos aparentemente amorfos”. Una interpretación digital de las realidades actuales de las sociedades sobreinformadas.



3. Anthony Caro, coro de la iglesia de Saint Jean-Baptiste de Bourboug

Durante la Segunda Guerra Mundial un avión produjo daños importantes a la iglesia de Saint Jean-Baptiste de Bourboug, Francia. Debido a la restauración posterior, el área del coro quedo separada. Anthony Caro renovó la arquitectura del lugar. Y dio a conocer los resultados en 2008. En la instalación escultórica del coro dos torres de roble, diseñadas especialmente por sus bondades sonoras, resaltan por su tamaño.

Asimismo, el autor ideó una pila bautismal que retoma el tema de La creación y que da seguimiento a las esculturas de acero y madera instaladas en los nichos que la rodean. Una colosal fusión de arquitectura antigua y arte contemporáneo.



4. Peter Greenaway, La última cena

Hace seis años el cineasta “intervino” La última cena de Leonardo Da Vinci en una suerte de performance multimedia que desplegaba recursos de luz y sonido sorprendentes. El resultado: una reinterpretación de esta obra maestra. La exhibición tuvo lugar en el refectorio del convento de Santa Maria delle Grazie, en Milán. Greenaway creó la ilusión de la luz del día entrando por la ventana desde el amanecer hasta el ocaso y, por medio de sombras, generó profundidad y perspectiva a la pintura. De esta forma le hizo ver al espectador una nueva faceta de la obra.


El gesto de Greenaway fue una increíble fantasía multimedia que conduce al visitante a través de experiencias coreográficas, como lo dijo Rebecca Robertson, directora del Arsenal de Central Park en Nueva York. En algún punto la sangre de la pieza fluía y se desbordaba sobre la mesa y, más adelante, una luz fulminaba a Jesús. La proyección se llevó a cabo una sola vez sobre la pintura original. Posteriormente tuvo lugar sobre una copia, en Milán y Nueva York.


5. Bill Viola, Mártires

Viola montó hace unas semanas cuatro pantallas debajo de un ventanal en la catedral de San Pablo, Londres. Mártires utiliza los cuatro elementos naturales para reflexionar alrededor de conceptos como la crueldad y el sufrimiento. La pieza también gira en torno a la fe y la esperanza. El artista expresó ante la prensa su intención de mostrar la importancia del más grande sacrificio: la vida.

La idea de energía colectiva frente a la injusticia es otra de las aristas emocionales de este trabajo. Instalada de manera permanente en la catedral angelicana, Mártires no obedece a una connotación religiosa pero logra rescatar la esencia de lo sagrado y lo espiritual.




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