martes, 22 de abril de 2014

EN LA PIEL DE LA VICTIMA


Por César Huerta Ortiz

22 de Abril 2014

El niño Sebastián Aguirre habla sobre su personaje en Obediencia Perfecta, filme sobre la pederastia en la iglesia.

Tenía 12 años cuando Sebastián Aguirre comenzó el casting de Obediencia perfecta para intentar ganarse al personaje infantil, que es abusado por un religioso. Hijo de dos violinistas, el pequeño ya sabía lo que era un set: en 2008 realizó el corto La canción de los niños muertos, ganadora del Ariel y después Contraluz, al lado de Irán Castillo.

Cuando llegó el momento de ponerse la sotana y ser violentado por el padre Ángel Cruz (Juan Manuel Bernal), ya sabía lo que era la pederastía. O al menos, una idea.

Y la considera un acto atroz, por parte de quien sea.

“Soy ateo”, dice cuando se le pregunta su creencia religiosa. A partir del próximo 1 de mayo, Sebastián será visto en cine al estrenarse Obediencia perfecta, cinta que desde hace meses ha causado controversia y expectación.

En la piel de la v�ctima

Está basada en un texto de Ernesto Alcocer, donde se aborda la historia de un sacerdote que abusa sexualmente de niños, a quienes les dice que lo que les enseña es virtuoso, aunque afuera es considerado una locura y es mal visto.

Como base parcial se encuentra el caso de Marcial Maciel, creador de los Legionarios de Cristo. “Creo que la película sólo denuncia a la institución; no ninguna religión o creencia; sólo denuncia las actividades, las cosas que se hacían y que son atroces”, comenta el actor, hoy de 16 años.

Sebastián inició cursos de actuación cuando tenía 8 años. Un día su mamá lo llevó a Casa Azul (escuela de actuación) y le gustó lo que ahí se hacía.

Como sus padres son del medio cultural, desde pequeño lo hicieron ver cine, no necesariamente comercial. Ahora mismo entre sus cintas favoritas se encuentran Trainspotting, La piel que habito y El castillo de la pureza.

Hay una secuencia en la que el personaje del religioso te baila y se muestran sus intenciones...

Esa no fue difícil sino que fue de las más divertidas, porque no había nada que hacer, sólo bailar. Pero hay una en la playa que me costó mucho; estaba sentado en la arena y tenía que llegar a un sentimiento fuerte; eso me costó.

Pero hay otra más en donde ese personaje entra al baño, mientras tú estás en él, y la mirada se te ve confundida, asustada.

Comentario de Susana Moscatel hecho en Milenio

Ahí sólo se trataba de ver que alguien a quien no conoces bien, te ve en la ducha. Eso ya te lleva a ese sentimiento para mostrar.

¿Llegaste a hablar con las víctimas reales, que estuvieron en el set de filmación?

No tuve oportunidad.

Dice Juan Manuel que debió tomar terapia después del rodaje, para dejar atrás al personaje

Yo no. Mi personaje se asemeja a mí en cierta parte, como que nunca he sido broncudo. (Pero) desde un principio tuve claro, así también lo dijo Luis (Urquiza, el director), que era diferente al personaje, yo sólo debía interpretarlo, no juzgarlo, sino que el público lo hiciera.

¿Sabes que puedes ser criticado tras la película?

La gente tiene derecho a reflexionar sobre el tema y juzgar si lo hice bien o mal, o lo que sea.

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