miércoles, 19 de marzo de 2014

UCRANIA: PUTIN 3-0 OBAMA



Los dos primeros goles que metió el presidente de Rusia fueron el asilo político al soplón Edward Snowden y la suspensión de un ataque americano que lucía inminente contra Siria.

Ayer se materializó lo que el domingo decidieron por muy amplia mayoría los ciudadanos de la península de Crimea a través de un referéndum: adherirse a la Federación de Rusia. El presidente Vladimir Putin y los representantes de la otrora república ucraniana y de la ciudad federal de Sebastopol (que tiene un estatus especial), firmaron el acuerdo a pesar de las presiones de Estados Unidos y sus aliados, que ya habían adelantado que desconocerían dicha anexión.

El documento ahora será dirigido al Tribunal Constitucional para revisión y luego al Parlamento ruso y de Crimea para su ratificación, que podría consumarse esta misma semana.

Con este hecho, Putin anota su humillante tercer “gol” en el partido internacional que juega contra Barack Obama. Recordemos que los dos primeros fueron el asilo político al soplón Edward Snowden, ex contratista de la estadounidense Agencia Nacional de Seguridad, y más tarde, la suspensión de un ataque americano que lucía inminente contra Siria el año pasado, gracias a la intervención rusa.

En este espacio señalamos que Putin había cometido un error al no prevenir a tiempo que en su vecindario, intereses occidentales se movieran para apoyar tras bambalinas las revueltas ucranianas, que terminaron por defenestrar al presidente pro-ruso Víctor Yanukóvick, y por imponer como primer ministro al favorito de los norteamericanos: Arseny Yatseniuk.

Hoy sin embargo, Putin ha materializado su contraataque y ha salido victorioso, con la anexión de Crimea, que por sí misma, tiene poca importancia geoestratégica para los occidentales pero mucha para los rusos. Su tercer “gol” ha caído. Esto es muy significativo, sobre todo ahora que será cuestión de tiempo para que Ucrania se integre a la OTAN, y sus fuerzas internacionales se acerquen más a territorio ruso.

Quizá lo más relevante es que la anexión de la península se efectuó sin disparar un solo tiro, y que las tibias sanciones que hasta el momento se han impuesto por parte de Occidente y Japón, han hecho que la osadía de Putin haya valido la pena.

Aquí también comentamos en su oportunidad, que Estados Unidos mantiene una campaña permanente para acorralar y minar el poderío e influencia rusos y chinos, en el camino hacia consolidar su hegemonía mundial.

Putin lo entiende perfectamente así, y por eso declaró que “a Rusia le amenazan con sanciones, tratan de arrinconarla porque mantiene una postura autónoma”. Eso es algo que por supuesto, incomoda a los líderes occidentales, comenzando por Obama, que está muy acostumbrado a quegobiernos enteros se subordinen a sus opiniones.

En otras palabras, Rusia tiene intereses por defender y no dudará en hacerlo casi al costo que sea. Si las sanciones contra ella se endurecen, es un hecho que la respuesta de Putin será en la misma proporción. De todas maneras, el ministro del Exterior ruso, Serguéi Lavrov, dijo ya que las medidas contra su país eran inaceptables y que no quedarían sin respuesta.

Por ahora aunque la postura de China parece neutral, lo cierto es que no apoyó la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU –vetada por Rusia el fin de semana, para desconocer los resultados del referéndum de Crimea. De modo que sus llamados para una solución política del conflicto, están más cerca de la posición rusa que de la occidental, como lo dejó entrever el ministro del Exterior chino, al declarar que dicha determinación hubiera terminado por “agravar” la crisis.

De manera que los lazos entre China y Rusia podrían salir favorecidos de esta situación. Citado por la agencia Ria Novosti, el periódico Nezavisimaya Gazeta publicó hace unos días un análisis de los expertos del Diario del Pueblo chino, que asegura que “Después de la retirada del capital extranjero de Rusia hay un vacío que debe ser rellenado. Rusia necesita inversiones foráneas. Todo eso abre oportunidades para inversores chinos” y para “la diversificación de las rutas energéticas de Moscú.”

El ajedrez político internacional sigue moviendo sus piezas. Tanto rusos como chinos deberán sacar todo el provecho posible de esta distracción. Los primeros, insistimos, harían bien en seguir el camino chino de llevarse tanto oro físico como les sea posible desde las tierras de sus rivales de Occidente, pues es una de las muy pocas maneras de hacerles frente de manera efectiva. El talón de Aquiles de aquellos está justo en la excesiva deuda que cargan en hombros, y en la impresión masiva de divisas de sus bancos centrales, para lo que el “escudo” de oro, es el arma perfecta de defensa y ataque.

FUENTE

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