viernes, 14 de marzo de 2014

EL PAPA QUE LE PUSO COLOR A LA IGLESIA



Francisco cambió en un año la actitud del catolicismo. Teólogos explican que el éxito del argentino recae en su valentía para afrontar problemas y remediar errores del pasado.

Hace un año, un argentino rejuveneció una de las instituciones más antiguas del mundo, y lo hizo al rescatar sus raíces más fundamentales.

El Papa Francisco celebra hoy su primer aniversario frente a la Iglesia Católica, una organización que en los últimos años había enfrentado el escrutinio público por escándalos de pedofilia, corrupción financiera e intolerancia.

Con valentía y mano dura, José Mario Bergoglio reconoció los pecados cometidos por la institución y prometió combatirlos, una actitud que es clave de su éxito y popularidad, afirman expertos en teología y religión en entrevista con Reporte Indigo.

Los especialistas consideran que los orígenes latinoamericanos del Santo Padre influyen en su actitud de austeridad y humildad, pues las condiciones del continente lo vuelven un líder más cercano a la realidad social de los pobres.

Puso los problemas en la mesa

Los temas abordados por el Papa Francisco estaban presentes desde el Concilio Vaticano II, en 1962, expone José Carlos Caamaño, Secretario Académico de la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Argentina (UCA).

Sin embargo, fue el actual Pontífice quien tuvo el valor de encarar los problemas.

“Los temas que está afrontando están a la altura de los problemas que tenemos”, manifiesta el teólogo, “no me parece que vaya ni muy adelante, ni muy atrás.

“Y esta convicción está corroborada por cierto bienestar que mucha gente tiene de que: ‘bueno, al fin alguien pone sobre la mesa los problemas que tenemos, y no sabemos si van a ser resueltos, pero al menos es muy sanante que puedan ser abordados’”.

Caamaño señala que los principales cambios hechos por Francisco son el entablar una relación más cercana con los fieles y reajustar la jerarquía de los temas que el catolicismo discute.

El teólogo argentino destaca que el Santo Padre humanizó la la Iglesia Católica, lo que recobró la confianza de las personas, incluso de los no creyentes.

“El tema de la credibilidad de la Iglesia es siempre un tema espinoso, porque la Iglesia siempre se verá limitada, siempre tendrá límites humanos, siempre habremos pecadores dentro de la Iglesia, está conformada por hombres que fallamos”, indica.

“Habrá (ahora) gente que no se acerque a la Iglesia por Francisco, pero que quizás descubran con esta nueva actitud a una Iglesia amiga, a una Iglesia cordial”.

Cambios en la forma, no en las bases

Francisco destaca por ser un Pontífice que toma decisiones inéditas como transparentar las finanzas del banco del Vaticano, crear una comisión interna que combata la pederastia y pedir que no se juzgue a homosexuales y divorciados.

Pero esto solo refleja un cambio en el discurso y en los procesos, no en la doctrina de la Iglesia Católica, asegura José Guadalupe Serna, profesor especialista en religión de la Universidad de Monterrey (UDEM).

“No ha habido un cambio doctrinal en relación de lo que la Iglesia cree, lo que sí ha cambiado son las formas de entablar este tipo de circunstancias”, precisa Serna, “este Papa ha hablado de una actitud más misericordiosa y de no condena”.

Sobre los rumores de que hay sectores más conservadores de la Iglesia Católica que desaprueban la apertura y vanguardismo de Francisco, el académico asevera que es algo normal en una institución tan grande.

“Esto ha sucedido con todos los demás Papas, no es exclusivo de Francisco, la Iglesia tiene diversidad de posturas y de opiniones, y una diversidad de aspectos de visiones de la Fe”, apunta.

Reconoció los pecados de la Iglesia

El Papa Francisco supo reconocer los errores pasados de la Iglesia Católica, arrepentirse y estar dispuesto a remediarlos, afirma José Roberto Mendirichaga, profesor de pensamiento social de la Iglesia en la UDEM.

“La Iglesia actual, que ha sufrido una ola de desprestigio por los casos de pederastia de algunos de sus ministros –él ha puesto fuera del ministerio a cerca de 4 mil abusadores de menores–, siente que con el Papa Francisco ha llegado una nueva era.

“Que hay arrepentimiento del pasado y que, de aquí en adelante, habrá mucha mayor vigilancia y cero tolerancia”, expone Mendirichaga.

Aunque enfrenta retos en la estructura eclesiástica, el profesor prevé que en este segundo año de papado, José Mario Bergoglio haga más cambios, pues cuenta con el apoyo de los fieles.

“Se enfrenta a fuertes tradiciones, connivencia y corrupción. Pero ya hay signos de cambio en este sentido, y los habrá mayores, si cuenta con la oración y el apoyo moral de toda la feligresía católica”, concluye el académico.

Sencillito y carismático

El Papa Francisco no sigue una estrategia de mercadotecnia, pues tiene la misma actitud desde que vivía en Buenos Aires, relata la argentina Victoria Asseff Von Stecher, del grupo argentino de jóvenes católicos Lindo Lío.

“Él era así”, cuenta, “escucha acá toda la gente que acá lo conocía y que lo veía a diario caminando por la Plaza de Mayo, por la Catedral.

“Él iba a comprar su diario, él iba en el ‘subte’ (metro), él iba y se sentaba a tomar mate con la gente en las villas, en los barrios pobres, él tenía contacto con la gente y salía a buscarlos”.

Victoria expresa que eso le da mayor credibilidad al Papa.

“Eso es algo muy importante de Francisco, predica con el ejemplo, no se queda en las palabras, por eso también él pide la acción, porque él predica con acciones”.

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