viernes, 26 de julio de 2013

CARLOS FRANZ: UN GLOSARIO DE PROUST EN EL BLOG DE JULIO ORTEGA




EL BLOG DE JULIO ORTEGA

FRAGMENTO:
El narrador chileno Carlos Franz, desde Santiago de Chile, donde reside luego de varios años en Madrid, nos propone en su último blog, Espejo de Tinta, un glosario proustiano. El juego invita a proseguirlo cada quien de acuerdo a su lectura. En la mía incluiría definiciones de la conversación, como aquella en que al mirar desde una ventana el narrador ve a dos personas que atraviesan el jardín conversando, y le parece ver a dos insectos en un halo de polen. Y cuando anota: “Decidí no responder para no prolongar la conversación", podría haber dicho: para no prolongar la lectura, luego de haber dedicado en su saga del tiempo 40 páginas a una cena y un párrafo a una vida. Pero le damos hoy la palabra a Carlos Franz, invitado a un té, como decía Vallejo, lleno de tarde.

Alucinógeno. Los admiradores más extraños de Proust, que yo sepa, fueron los beatniks. Los protagonistas de On the road, de Jack Kerouac, lo leen durante sus frenéticos viajes, de costa a costa en los Estados Unidos. Posiblemente esa lectura les sirve como un alucinógeno más. O quizás Kerouac, que escribió su novela sobre un rollo de papel, admiraba ese “desenrollarse” de la frase proustiana, larga como una carretera en las planicies norteamericanas.




















Fragmento(...)
Hace cosa de 30 años, cuando yo era un joven profesor en la Universidad de Texas en Austin, nos visitó el más joven Javier Marías, que pasaba un semestre en Wellesly College. Me contó la historia que Uds. ya conocen sobre la
sociedad de lectores del raro Arthur Machen, según la cual en Londres compró Javier un libro de Machen y a poco lo visitó un señor que se identificó como miembro de esa asociación y le pidió venderle el tomo que acababa de comprar porque, dijo, la sociedad estaba dedicada a recobrar todos los ejemplares de Machen para que nadie los leyera.  Sospecho que había en ello una amenaza, y Javier devolvió el tomo. Pero como en todo lo de Marías, hay otra vuelta de tuerca que prologan la ficción. Resulta que mi amigo el  escritor peruano Luis Loayza, experto él mismo en el arte de desaparecer, acababa de traducir dos novelas de Machen que publicó Alianza, con lo cual, alarmado por su seguridad, le alerté de la parábola de Javier, con la inobjetable explicación de que si comprar un libro de Machen era peligroso, multiplicarlo en una traducción, era casi un suicidio. Me temo que la alarma contribuyera a que Loayza dejara Ginebra y se mudara a París.


Lee la aquí la nota completa:   http://bit.ly/a29igJ

Gracias a Julio Ortega y a Javier Marías,

Perhaps by now you are wondering...

...just who was Arthur Machen?

 http://www.arthurmachen.org.uk/






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