viernes, 10 de septiembre de 2010

MICHEL ONFRAY enfurece a sicoanalistas freudianos. Un texto "banal, reduccionista, pueril, pedante y ridículo" (BERNARD-HENRI LÉVY *)

Destruir el diván:
Una entrevista sobre psicoanálisis freudiano con Michel Onfray por Renée Kantor



¿Y si Sigmund Freud fuera un falsificador, tirano, falócrata, megalómano, mal hijo, ávido de dinero, admirador de Mussolini, homofóbico y misógino? Esto es lo que da a entender el filósofo francés Michel Onfray en un libro que acaba de publicarse en Francia y que en solo un mes lleva vendidos más de cien mil ejemplares. Se trata de Le crépuscule d’une idole, seiscientas páginas que han despertado la ira de la élite psicoanalítica francesa que lo acusa, como lo hace la historiadora Élisabeth Roudinesco, de haber hecho del psicoanálisis una “ciencia nazi y fascista”. Onfray responde a esta delicadeza refiriéndose a la célebre profesora como “alguien al borde de la enfermedad mental”. Así están las cosas. La vida del filósofo de 51 años –infarto a los 28, familia pobre, adoración por su padre, relación conflictiva con su madre, criado en un orfanato donde fue víctima de abuso sexual– es un banquete para la constelación de psicoanalistas dispuestos a percibir en esa historia personal las verdaderas razones de la abominación de un sistema que Onfray ve extenderse como la tinta de un pulpo: el psicoanálisis freudiano.

J'accuse...! a Michel Onfray


(Haz clic para leer la opinión de BERNARD-HENRI LÉVY)

Pero...

Según el filósofo francés Michel Onfray, autor del libro El crepúsculo de un ídolo, la fábula freudiana, el psicoanálisis es comparable con una religión y su capacidad de curar a la gente semejante a la de la homeopatía.

El libro apareció esta semana en Francia, pero comenzó a generar controversia incluso antes de su publicación, con psicoanalistas que acusan a Onfray de errores y de ignorar hechos para defender su tesis.

"Necesidades fisiológicas"

Conocido filósofo, autor previamente del Tratado de ateología, Onfray plantea en su nuevo libro de 600 páginas un abordaje nietzscheano de Freud, bajo la idea de que "una filosofía siempre es la autobiografía de su autor".

A su juicio, el austríaco transformó sus propios "instintos y necesidades fisiológicas" en una doctrina con pretensión universal, pero el psicoanálisis es "una disciplina verdadera y justa en lo que concierne a Freud y nadie más".

Onfray sostiene que Freud falló en curar a pacientes que él mismo atendió, pero ocultó o alteró sus historias clínicas para que pareciera que el tratamiento que les había dado fue exitoso.

Por ejemplo, señala que Sergei Konstantinovitch, apodado por Freud como "el hombre de los lobos", siguió psicoanalizándose más de medio siglo después de haber sido supuestamente curado por Freud.

O que Bertha Pappenheim, conocida como "Anna O." y presentada por Freud como un caso exitoso de tratamiento contra la histeria y las alucinaciones, siguió sufriendo recaídas luego del mismo.

Durante un debate con la psicoanalista francesa Julia Kristeva publicado esta semana en Le Nouvel Observateur, Onfray rechazó la noción de que el método de Freud "cura todo el tiempo".

"El psicoanálisis cura tanto como la homeopatía, el magnetismo, la radiestesia, el masaje del arco plantar o el exorcismo efectuado por un sacerdote, cuando no una oración ante la Gruta de Lourdes", sostuvo.

"Sabemos que el efecto placebo constituye el 30% de la cura de un medicamento", agregó. "¿Por qué el psicoanálisis escaparía a esta lógica?".

Dinero, sexo y fascismo

Además de cuestionar el método de Freud, Onfrey ataca su personalidad y lo presenta como alguien que fue capaz de cobrar el equivalente actual a US$600 en efectivo por sesión e incapaz de tratar a pobres.

Más aún, desde el punto de vista sexual lo tacha como una persona homofóbica y con un especial interés en temas como el abuso sexual, el complejo de Edipo y el incesto, y que se acostaba con su cuñada.

En términos ideológicos, Onfray sostiene que Freud coqueteó con el fascismo y que en 1933 escribió una dedicatoria elogiosa a Benito Mussolini: "Con el saludo respetuoso de un veterano que reconoce en la persona del dirigente un héroe de la cultura".

Y afirma que el creador del psicoanálisis buscó alinearse al canciller Engelbert Dollfuss, que instauró el "austrofascismo" en su país, y también a las exigencias del régimen nazi.

"Odio"

El libro ha generado airadas protestas y acusaciones desde círculos intelectuales de Francia.

La historiadora y psicoanalista Elisabeth Roudinesco aseguró en un artículo publicado por Le Nouvel Observateur que el nuevo texto de Onfray está "plagado de errores y cruzado por rumores".

Roudinesco acusó a Onfray de haber sacado las cosas de contexto y sostuvo que Freud "de ninguna manera se adhiere al fascismo y nunca hizo apología de los regimenes autoritarios".

"Cuando sabemos que ocho millones de personas en Francia se tratan con terapias derivadas del psicoanálisis, está claro que en el libro y en las palabras del autor hay una voluntad de daño", sostuvo.

En su debate con Onfray, Kristeva defendió el psicoanálisis como un mecanismo capaz de tratar problemas como la histeria, el complejo de Edipo o las conductas anoréxicas y bulímicas, entre otros.

"Onfray nos insulta cuando dice que el psicoanálisis no cura", escribió el psiquiatra y psicoanalista Serge Hefez en el semanario Le Point. "¿Qué hacemos todos nosotros en nuestros consultorios, centros de terapia familiar, conyugal, nuestros hospitales y servicios hospitalarios si no es ayudar al sujeto a convertirse en actor de su propia historia?".

Hefez afirmó que "el psicoanálisis sí cura, es un tratamiento útil y vivo, practicado por miles de terapeutas concienzudos que conocen de fracasos, éxitos parciales y éxitos".

Onfray respondió que muchas reacciones contra su libro evitan responder sus argumentos centrales y, en un artículo publicado en el diario Le Monde, preguntó si es imposible hacer una relectura crítica de Freud.

"Con este libro, algunos amigos me habían anticipado el odio porque me metía con el monedero", escribió. "Hoy me doy cuenta lo acertados que estaban…" (BBC)

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